El papa León XIV, elegido recientemente en el cónclave, rindió homenaje a su predecesor, Francisco, durante su primera aparición pública desde el balcón de la Plaza de San Pedro. En sus primeras declaraciones, agradeció a Francisco y destacó que “Dios nos ama a todos incondicionalmente”. Además, recordó la voz del antiguo pontífice, mencionando que “aún mantenemos en nuestros oídos, aquella tenue, pero siempre valiente voz del papa Francisco bendiciendo en Roma”.
León XIV, cuyo nombre real es Robert Francis Prevost, es un cardenal estadounidense de 69 años. Fue elegido en la segunda jornada del cónclave y, según se estima, en la cuarta votación entre los 133 cardenales electores. Su llegada al papado fue celebrada con entusiasmo por miles de personas que se congregaron en la basílica para escuchar sus palabras. En su discurso, hizo un “llamado a la paz” a “todos los pueblos” y pidió “construir puentes” a través del “diálogo”, enfatizando la importancia de la unidad y el entendimiento entre las diferencias. León XIV instó a todos a “caminar unidos, de la mano” y aseguró que “el mal no prevalecerá”.
Un saludo especial a Chiclayo
En su primera aparición, el nuevo papa también dedicó un momento a dirigirse en español a su “querida” diócesis de Chiclayo, en Perú. Dijo: “Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”. Esta mención fue muy significativa, ya que Prevost fue obispo de Chiclayo desde 2015 y ha mantenido un estrecho vínculo con la comunidad peruana. Su mensaje generó una gran ovación entre los miles de fieles presentes, muchos de los cuales ondeaban banderas de países sudamericanos.
León XIV también destacó la labor de la comunidad de Chiclayo, diciendo que “un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”. Esta conexión emocional con su diócesis refleja su compromiso con la iglesia y la comunidad que lo apoyó durante su carrera religiosa.
Prevost, un agustino estadounidense, tiene una larga trayectoria en diversas misiones en Perú, lo que lo llevó a ser reconocido por su trabajo en América Latina. Aparte de su labor en Chiclayo, se desempeñó como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y prefecto del dicasterio para los Obispos. Su experiencia en el continente lo posiciona como un líder que comprende las realidades y desafíos que enfrenta la iglesia en América del Sur.