Este lunes, se generaron importantes reacciones tras la publicación de los salarios de los altos directivos de Azul Azul por parte del medio The Clinic. La información reveló que Michael Clark, director ejecutivo del club deportivo Universidad de Chile, percibe un sueldo mensual notablemente superior al de otros presidentes de clubes nacionales, lo que ha abierto un debate sobre las diferencias salariales en el fútbol chileno.
Según los datos filtrados, Michael Clark recibe un salario mensual de $12.546.166, lo que se traduce en más de $150 millones al año. Esta cifra contrasta fuertemente con la de Cecilia Pérez, exministra de Sebastián Piñera, quien, en su rol en el directorio de Azul Azul, tiene un salario aproximado de $2 millones mensuales. Además, Pérez trabaja en la comuna de La Florida, lo que agrega otro ingreso a su economía personal.
Salarios en competencia
En la misma línea, 24 horas de TVN también reveló los sueldos de los presidentes de los otros dos clubes más importantes del país, Aníbal Mosa de Colo Colo y Juan Tagle de Universidad Católica. Esta comparación pone de manifiesto las disparidades salariales entre los líderes de las instituciones más relevantes del balompié nacional.
Según el reporte, Aníbal Mosa, quien preside Colo Colo, es el que menos recibe de los tres mencionados. Su salario mensual asciende a 25 UF (unidad de fomento), lo que equivale aproximadamente a $976.722 al 29 de abril. Este monto es variable, ya que depende del valor diario de la UF.
Por su parte, Juan Tagle, quien fue reelecto como presidente de Cruzados hasta 2028, tiene un ingreso mensual cercano a $8,5 millones. Este salario fue determinado en la Junta de Accionistas celebrada en 2023, lo que representa un total anual de aproximadamente $102 millones.
La diferencia en los salarios de los presidentes y directores ejecutivos de estos clubes resalta las desigualdades en las remuneraciones en el ámbito del fútbol chileno. Mientras Clark, en su rol en Universidad de Chile, recibe un monto considerable, Mosa y Tagle tienen ingresos significativamente menores. Esto ha llevado a muchos a cuestionar la equidad en la gestión de estos clubes, especialmente considerando el impacto que tiene el liderazgo en el rendimiento deportivo y la salud financiera de las instituciones.